Desafiando los dogmas

 

Un dogma (del griego δόγμα: “parecer, creencia”) es un sistema de pensamiento que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de un sistema o un contexto.

Son proposiciones que se asientan de una manera tan firme y cierta que se convierten en principios innegables.

Muchas veces los dogmas no solo nos nublan la capacidad de tomar buenas decisiones, sino que además nos impiden incluso darnos cuenta que pueda haber una manera de pensar diferente, limitando la visión de otros planteamientos y alternativas.

Son principios instaurados con tal autoridad que se convierten en verdades incuestionables, en fundamento y base de nuestros arquetipos y paradigmas.

La ciencia y el progreso han sido en muchas ocasiones impulsadas por valientes como Miguel Servet, que defendiera la teoría de la circulación de la sangre y que por contravenir determinados dogmas religiosos fue llevado a la hoguera. Su sentencia de muerte (1553) relata de manera espeluznante: “… te condenamos, Miguel Servet, a que te aten y te sujeten a una estaca y te quemen vivo, hasta que tu cuerpo quede reducido a cenizas, y así termines tus días para que quedes como ejemplo para otros que quieran cometer lo mismo.”

En 1600, Giordano Bruno fue asimismo quemado vivo por defender que la Tierra giraba alrededor del Sol y no a la inversa como aseveraban las creencias religiosas de su tiempo.

Galileo, en 1633, tuvo que renunciar formalmente a sus teorías para salvarse de morir en el potro por cuestionar que el Sol fuera el centro del Universo. Si llegamos a imaginar el funcionamiento de esta máquina surgida de las mentes más infames, no podemos achacarle al célebre astrónomo que traicionara sus descubrimientos, al menos en ese trance.

Horace Freeland Judson, autor de “Anatomía del Fraude Científico” y de “El octavo día de la Creación”, sostiene que un dogma se parece más a una hipótesis por tratarse de ideas que carecen de evidencia razonable. Y es que, aunque Dogma proviene del griego  δόγμα (“parecer, creencia”), a su vez deriva de δοκειν, dokein (“pensar, suponer, imaginar”). En su propia etimología, pues, quizá se encierre la solución: discrepar de mantener lo establecido y someterlo a la crítica, pues pensar, suponer o imaginar son verbos que invitan igualmente al cuestionamiento.

“Eso no puedo hacerlo… las cosas siempre se han hecho así… No es posible cambiarlo” ¿Nos suenan estas letanías? Organizaciones y sistemas mantienen dogmas que esclavizan y someten el pensamiento. Su dominio nos impide ver con claridad que puede haber más soluciones, más formas de resolver los problemas y desafíos.

¿Qué pequeños o grandes dogmas sujetan tu libertad para pensar, crear y buscar alternativas? ¿Qué creencias y paradigmas te impiden cuestionar que hay cosas que se pueden pensar y hacer de otra manera?

 

El cuestionamiento sistemático es fuente de creatividad y progreso y domina la obstinación de los dogmas. Rompe los paradigmas. Cuestiónalo todo.

“Y sin embargo se mueve”

 

Panxo Barrera

Points of You Spain / Country Leader
CEO en Entropía: Inteligencia Creativa Estratégica

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